Estamos en una época en la que la oscuridad se eleva vehementemente una vez más contra el creciente poder de la luz. Los secretos ocultos desde hace mucho tiempo salen a la luz: ataques a mujeres, que habían permanecido en secreto, se revelan en los medios de comunicación. Y cada vez resulta más difícil ocultar el conocimiento que no debía hacerse público.
En particular, pienso en las tradiciones que durante mucho tiempo las organizaciones religiosas han representado como la única verdad. Sus indiscutidas afirmaciones están empezando a desmoronarse.
No obstante, tan pronto como algo inesperado se revela al público –como el EVANGELIO DE MARÍA MAGDALENA– rápidamente se sitúa en el mundo de la blasfemia, la fantasía y el esoterismo irracional. Aquello que no ha existido de forma oficial durante un periodo tan largo de tiempo, simplemente es imposible. Puede que incluso haya influido en la historiografía religiosa hasta el punto de cuestionar la veracidad de la Biblia.
Cuando la teóloga estadounidense Karen L. King se hizo famosa en 2012 con su sensacional descubrimiento de un antiguo pergamino, sabía que el ‘‘Evangelio de María Magdalena’’ no sería reconocido y aceptado. (Hablaré más sobre ello en las siguientes entregas de mi blog).
A pesar de todo, más y más información sobre María Magdalena está saliendo a la luz, principalmente en el camino psíquico. Mientras que antes los poderosos podían hacer desaparecer información importante y veraz desde tiempos oscuros del pasado hasta la actualidad, ahora, en estos tiempos de gran transformación, estas informaciones ya no pueden ser manipuladas. Como mucho, los oponentes de María Magdalena las llaman pura fantasía. Pero todo aquel que busque le verdad sinceramente, la encontrará en el corazón.