¿Por qué María Magdalena ungió los pies de Jesús?

Os dije que escribiría sobre la vida célibe de María Magdalena. Tenemos que considerar que María Magdalena y Jesús (igual que María y José) tenían una relación ‘‘real’’ dinástica. Jesús venía de la línea del Rey David y el padre de María Magdalena era el sacerdote de Jairo Siro. Los esposos estaban sometidos a estrictas leyes dinásticas que diferían mucho de las leyes del matrimonio judío habitual. Los requerimientos de un matrimonio dinástico estaban claramente definidos. Requerían un estilo de vida célibe, regulando de forma estricta los periodos en los que la concepción de un hijo estaba permitida.

Compromiso – Primer matrimonio – Segundo matrimonio

Todo empezó con un compromiso que resultó ser un matrimonio concertado. Tres meses después del ‘‘compromiso’’ hubo un ‘‘primer enlace’’ oficial con una ceremonia de unción (recordemos la escena en la que María Magdalena unge a Jesús con nardo). El septiembre siguiente el matrimonio dio comienzo. Después se dio permiso para una relación física, pero solo en la primera parte de diciembre. Si esta no daba como resultado un embarazo, tenían que llevar una vida célibe de nuevo hasta el diciembre siguiente.

No obstante, si la mujer quedaba embarazada, había un ‘‘segundo enlace’’ y el matrimonio se hacía legal. La legalidad de un matrimonio no se reconocía antes del embarazo. Esto daba al marido la oportunidad de un divorcio legal en caso de que la mujer fuera infértil. Por ello, el ‘‘segundo enlace’’ nunca tenía lugar hasta el tercer mes de embarazo (por miedo a un aborto).

Por qué la Virgen María pudo concebir un hijo

Estas leyes de matrimonio explican por qué María, a la que también se le aplicaban estas leyes, pudo concebir un niño siendo virgen. Las mujeres solo podían ser esposas después del ‘‘segundo enlace’’. Antes de eso, eran ‘‘vírgenes’’, mujeres jóvenes, si traducimos correctamente la palabra ‘‘almah’’.

 

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Cómo la Virgen María pudo dar a luz a un niño 

Los teólogos cristianos denominan a la concepción de Jesús la ‘‘concepción por medio del Espíritu Santo’’ y al nacimiento de la Virgen María ‘‘el nacimiento de una virgen’’. Algunos versos del Nuevo Testamento consideran estos hechos uno de los mayores milagros de Dios. Yo creo en muchos de estos planteamientos, pero no en todos.

En esta relación es importante saber que los evangelios del Nuevo Testamento fueron escritos para difundir un mensaje evangélico (del griego eu-angelos = ‘‘difundir buenos mensajes’’), y no uno histórico. Los investigadores de la religión afirman incluso que en aquellos tiempos los evangelios tenían ‘‘un gran afán propagandístico’’. Teniendo en cuenta esto, parece plausible que los evangelios no fueran escritos para recopilar acontecimientos históricos para la posteridad. Además, algunas partes de la Biblia han sido en ocasiones malinterpretadas o (de forma inconsciente) mal traducidas.

En textos antiguos, a la Madre María se la denomina almah. La palabra semítica almah, que se tradujo como ‘‘virgen’’, simplemente significa ‘‘mujer joven’’. Su significado no guarda ninguna relación con la virginidad física. Por ello, para la Madre María, es totalmente posible ser una almah y al mismo tiempo la esposa de José.

Como esposa de un matrimonio dinástico (José no era carpintero, su trabajo también se tradujo de forma errónea), María estaba sometida a ciertas reglas. Tuvo que vivir un periodo de prueba como esposa, sobre el que hablaré en futuras entradas de mi blog. No obstante, las reglas eran estrictas y solo permitían la concepción de hijos en fechas fijas.

La visión católica de este asunto se basa en el hecho de que María fue virgen toda su vida, y por ello se la venera como la ‘‘Virgen María’’. No obstante, los evangelios1 no mienten sobre el hecho de que Jesús no fue su único hijo, algo que hace de la virginidad física de María algo aún más difícil de creer. Incluso si ella concibió a Jesús por medio del Espíritu Santo, y no por medio de un acto sexual, uno se plantea cómo pudo dar vida a otros hijos. Es difícil de creer que María concibió a todos sus hijos por medio del Espíritu Santo. Esto hace pensar en que la Iglesia tiene un problema con la moral sexual en general y con las mujeres en particular.

 

1 Mateo 13,55 – Lucas 2,7 – Marcos 6,3

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