Cada vez está más claro que la humanidad atraviesa actualmente un proceso de cambio. Da igual que se trate de política, economía, ecología, sociedad, salud, sistema educativo o de la vida de cada uno: no queda títere con cabeza.

Este proceso de cambio que impregna nuestras vidas, aparentemente con mayor velocidad cada año, es temido por algunos y bienvenido por otros. Para este cambio profundo existen diferentes enfoques. Para ello hay explicaciones científicas, sociológicas, históricas, espirituales o esotéricas, aunque el mensaje principal sigue siendo el mismo.

Las Erupciones Solares Generan una Elevación de la Frecuencia

Los astrofísicos han investigado que tras las erupciones solares se arrojan por todas partes tremendas cantidades de gases. Estas “eyecciones de masa coronal” proyectan los gases, también llamados plasma, a una velocidad de millones de kilómetros por hora hacia el espacio. Lo especial de este plasma es que tiene carga eléctrica.

Cuando estas partículas cargadas chocan contra la atmósfera terrestre, se producen tormentas magnéticas y auroras boreales que cambian el campo electromagnético de la tierra e influencian con ello de manera prolongada a todos los seres vivos. Este cambio puede ser demostrado científicamente hasta en la estructura de las células.

Desde el punto de vista de la física, desde hace algunos años, cada vez se producen llamaradas solares más potentes y también cambios más profundos en el cerebro humano. Así, por ejemplo, hay estudios que demuestran que existe una interacción entre la actividad geomagnética y el rendimiento de la memoria o los problemas de concentración. Lo científicos creen incluso, que ello podría conducir a una reestructuración completa de los humanos.